Estafistas y corrupción

Hay,con las autoridades.

Antiguamente las autoridades, los Ministros, los Parlamentarios, la Judicatura, el Clero eran para nosotros verdaderas “patenas” en las que se reflejaban todas las virtudes que nuestra sociedad aspiraba a tener, eran un ejemplo para el pueblo que veía en los “próceres” que nos dirigían el prototipo a imitar.

Lamentablemente nuestra sociedad al ir perdiendo los valores morales, que actuaban como acicate a las buenas costumbres y como freno a los malos hábitos, también ha perdido la imagen de estos personajes, que con actitudes viciosas han desprestigiado sus cargos y también a las instituciones.

Quien hubiese osado imaginar a un Ministro de Estado cobrando sobre-sueldos, o a un Ministro de las Cortes de Justicia en situaciones amorales, o a un Parlamentario negando que su esposa estaba a sueldo de el, con plata fiscal por cierto, o que policías formarían bandas delictuales o un cura atacando niños.

Si estas actitudes eran impensables, mucho menos nadie se hubiese figurado siquiera que los partidos políticos, o los estamentos superiores del Gobierno, iban a reaccionar con defensas corporativas o que intentaría barrer la mugre bajo la mesa para que no fuera percibida por los electores.

Nuestra Sociedad esta corriendo riesgos increíbles de caer en manos de mafias, que con el poder del dinero, termina corrompiendo lo que queda sano y transformando a la ciudadanía en rehenes de la voluntad de quienes se han adueñado del país, si no lo cree mire a Colombia o a los países que nos rodean.

Una de las facetas que no se comenta de la corruptela es la de nombrar en cargos a amigos que no tienen la capacitación suficiente, o en el caso de estos de aceptarlos, realizar mal las labores por las que se cobra una remuneración, pagar a los trabajadores menos de lo indispensable para vivir.

Dejar para mañana la lucha contra la delincuencia, el tráfico de drogas, la criminalidad es asegurar un futuro lleno de zozobra en el cual los ciudadanos honestos tendrán que extremas más aun las medidas de seguridad para que las pandillas y los mafiosos se enseñoreen del país.

Algunos circunscriben esta lucha a la Policía, importante en ella por cierto, pero se requiere de legislaciones que sanciones de verdad a la delincuencia, tolerancia cero a las ilegalidades, intolerancia absoluta con el robo, aunque sea en pequeña escala, el compromiso de toda la sociedad.

Esta nos es una lucha fácil ni corta, lamentablemente hemos dejado entrar la “enfermedad”, ahora debemos enfrentar un tratamiento que la frene de la manera más rápida, una recuperación que no será sencilla y una extremada vigilancia para evitar recaídas, que serían fatales.

Por todo lo anterior, casi telegráficamente tratado, creemos que Chile ya está contaminado con la dolencia y que si no se toman medidas radicales para combatirla, a la vuelta de muy poco tiempo estaremos llorando por la pérdida de la decencia nacional y posiblemente sollozando al constatar que la infección se ha llevado también nuestras libertades y posiblemente nuestra independencia.

Nota de la Redacción:
Nosotros insistimos que una de las formas más asquerosas de corrupción es el engaño con fines electorales, que no hemos dudado en calificar como estafa social, que debe ser erradicada de inmediato, estableciendo sanciones draconianas para quienes usen la demagogia. Estafista es una palabra inventada por nosotros para referirse al ex Presidente Lagos, pues le consideramos en “estafador social” mientras su propaganda insiste en calificarlo de estadista.